lunes, 15 de febrero de 2016

Todo tiempo anterior, no siempre, fue mejor






Todo tiempo anterior, no siempre, fue mejor



“Todo tiempo anterior fue mejor” es una frase muy utilizada para, sobre todo, mitigar nuestra decepción con el presente y tener la oportunidad de echar la vista atrás y recordar cuando fuimos más felices.

En realidad no éramos mucho más felices sino que, por un momento, nos lo pareció ya que el instante que vivimos no es el más deseado.

Algo parecido pasa con el fútbol cuando hablamos con alguien, normalmente mayor que nosotros, y nos recuerda en seguida que antes se jugaba mejor que ahora, o que no se cual jugador era mejor que el actual.

La evolución que sufre el fútbol va de la mano de la propia del ser humano.

Hoy en día, los futbolistas, son más rápidos, más potentes, más técnicos,… y eso hace del fútbol un deporte más espectacular; simplemente mejor y que quedará obsoleto en algunos años con la llegada de jugadores con mejores características físicas que superen a los actuales.

En todos los deportes ocurre lo mismo; se baten récords de tiempo en las diferentes modalidades de atletismo, se salta más alto con pértiga, en salto de altura, se levanta más peso en halterofilia…

En el fútbol los jugadores son cada vez más rápidos y potentes pero sobre todo, y a mi modo de ver, con más cualidades técnicas.

Por ejemplo, el control ha ido evolucionando desde el dominio de la pelota, desde un pase en largo, con el interior del pie suspendido en el aire, hasta la parada a “botepronto” en el propio piso, teniéndola en disposición para jugar de forma inmediata y ahorrándote un toque. El pase en largo que veíamos hace unos años con la pelota haciendo una parábola interminable a una altura exagerada ha progresado hasta llegar al traslado con un golpeo de empeine total que lleva el balón más rápido y con una trayectoria más paralela al césped; o la definición con el interior a la base de un palo que en otros tiempos, solucionaban los delanteros con un fuerte disparo a lo que saliera.

Es innegable que esta evolución consigue crear más expectación al espectador, contribuyendo a la fiesta del fútbol con una nueva visión del propio juego.

A veces vemos a jugadores realizar maniobras técnicas, que a algunos les parecen irrespetuosas, y no es más que la ejecución de algo, que en principio, ha sido entrenado y desarrollado para, no solo agradecimiento del público sino para la mejora de un recurso que puede ayudar a ganar un partido o saldar con éxito un momento del juego.

A todo ello hay que sumar, y en gran medida, la transformación que ha sufrido este deporte en cuestiones relacionadas con la preparación física que no han hecho más que ayudar, no solo a la propia resistencia del futbolistas en las diferentes acciones del partido sino que permite que esa solvencia física haga funcionar mejor al cerebro pudiendo así encontrar nuevas formas de acometer situaciones en el juego con mayor resolución gracias a la invención de nuevos procesos técnicos.

Alguno de vosotros recordareis las subidas y bajadas, de las escaleras del estadio, cargando a un compañero a las espaldas, o las sesiones de carrera continua interminables cualquier miércoles de temporada. Esto hoy en día no ocurre –al menos en el fútbol profesional—y aunque su erradicación ha sido por el bien del rendimiento, tengo que admitir que tiene un componente romántico hoy en día.  
La cuestión física permite a la cabeza la creación de nuevos métodos técnicos y más ingeniosos; ya saben: mens sana in corpore sano.


Y recuerden…disfruten del partido.



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